lunes, 12 de enero de 2009

Crónica de una Maratón que nunca fue

Los acontecimientos aquí narrados atienden sólo a mi perspectiva como co-organizador del maratón. Se espera que en breve el Rajao ponga fotos y amplie la crónica con sus vivencias personales.

Miércoles tarde. Recibo una llamada del Rajao. José Carlos tiene un viaje inaplazable a Roma y no podrá asistir al Maratón. Urge buscar sustituto. Inciso: ¿con todo el caos de Barajas logró José Carlos ir (y volver) de Roma?. Álvaro me comenta por la mañana que anda algo fastidiado, como si incubara una gripe.

Jueves. Habemos sustitutum. Rubén, pareja habitual de Pedro, actuará como recambio. Quedo con Miki para comprar el viernes los premios de la Maratón. Las previsiones para el viernes son de frío y poco más. Nadie podía imaginar a esas horas el caos que estaba a punto de desencadenarse.

Viernes. Nevada legendaria en Madrid. Todo colapsado. Infierno para moverse en Coslada y por extensión en todo el Corredor del Henares. Se aplaza al sábado la adquisición de regalos.

Sábado. Locura de llamadas. Estoy todo el día fuera de casa.
  • Llamada de Víctor (sobre la 13:30h). Algún desalmado (por no decir algo peor) ha reservado una hora de 5 a 6 en una de las pistas. Esto descoloca un poco el orden de partidos, pero no se puede hacer otra cosa que apechugar y asumir que durante una hora sólo habrá una pista.
  • Primera llamada de Miki (sobre las 14h). Nueva baja: Álvaro avanza en su proceso gripal. Se opta por elegir a Pedro, el padre de Miki como sustituto. Apenas hay tiempo de pensar cómo narices afecta esto a la confección de las parejas o los cabezas de serie porque me comenta el mal estado de las pistas y su intención de ponerse a retirar nieve. A estas alturas la compra de premios se da por suspendida. La prioridad es ver si se puede jugar a algo.
  • Segunda llamada de Miki (por la noche). Me narra cómo se han encontrado las pistas de la Hípica llenas de nieve y cómo, en un arranque de locura, se han liado a quitar la nieve con palas para dejarlas intactas para jugar mañana. Colaboran con Miki Víctor y Alberto, que según declaraciones posteriores, se lo tomó como un juego, "como hacer un muñeco de nieve". 2 pistas de pádel y unos 7-8 cm de nieve hacen la nada despreciable cifra de: 20x20x0,07 = 28 m3 de nieve. Si estimamos la densidad de la nieve como 50 kg/m3, tenemos la apreciable cantidad de 1400 kilos de nieve. ¿De verdad merecía la pena? Inciso: realmente no retiraron tanta nieve, ya que se dejaron algo más de la mitad de una pista sin limpiar, así que podemos decir que retiraron dos terceras partes de la nieve, unos 900 kilos.

Domingo. Recién levantado (12h) me espera un nuevo vendaval de llamadas.
  • Miki llama desde las pistas. Hoy toca retirar hielo. Le digo que en mi casa se va a comer pronto y que prefiero comer primero e ir luego. Acepta y se harán turnos de limpieza. Se descarta jugar en dos pistas ante la imposibilidad de limpiar a tiempo la pista 2. La posibilidad de hacer un maratón se va esfumando.
  • Tras conversación con Alberto, hago una llamada a Miki y le hago ver la locura de intentar seguir con un Maratón ya deslucido desde la nevada del viernes. La gente normal había asumido que tras lo del viernes era muy difícil jugar y empieza a hacer sus propios planes:
  • Alberto tenía el cumpleaños de su madre. Comida familiar en restaurante. Horarios de difícil encaje con los de la Maratón.
  • Rubén (sustituto 1) muestra sus reservas a jugar con hielo. Aduce problemas de rodilla. Traducción: me enmarronan para jugar y para jugar un par de horas rotando en una pista no me juego el tipo. Actitud más que lógica.
  • Pedro (sustituto 2): habla la voz de la experiencia. No tiene excesivas ganas de jugar pero puede hacer un esfuerzo ante la locura de Miki y Víctor, alias "Mr. Quitanieves" y "El Rey de los Quitanieves".
  • Llamadas varias con Pedro (el jugador habitual, no el sustituto), Alberto y Miki. El formato de un Maratón que ya no era tal cambia vertiginosamente:
    1. Tres parejas (bajas de Rubén y Javier) que se van turnando con partidos de 15 tantos. El inconveniente es helarse de frío durante media hora mientras se espera turno para entrar.
    2. Alberto confirma la comida cumpleañera y la dificultad de llegar a la hora. Finalmente se decide dar de baja voluntaria a Alberto y a Pedro (el sustituto) y jugar lo que se pueda entre los cuatro gilip... valientes restantes: Miki, Víctor, Pedro y Jesús.
  • Mientras estas decisiones se toman en tiempo récord, Pedro y un servidor nos encaminamos (14:30h) a la Hípica para tratar de quitar hielo. Somos el segundo turno de limpieza. Llegamos y el estado de la pista 1 es aparentemente menos lamentable de lo que uno cabría esperar. No obstante la realidad es bastante desalentadora: donde da la sombra hay bastante hielo, un peligro para el jugador de pádel y para cualquier ser humano con dos dedos de frente.
  • Hacemos lo que podemos. Hay algo de hielo que se quita rascando y la gran mayoría que se quita picando. Además, conforme pasan los minutos, el sol baja y cubre de sombra todo el lado de la pista con hielo. A eso de las 15:50h, cuando llegan los Quitanieves (Miki y Víctor), el trabajo notable de los Picahielos (Pedro y Jesús) deja la pista en un estado mínimamente practicable.
Finalmente a las 16h comenzó lo que se terminó llamando Entrenamientos Oficiales del IV Maratón. Se jugaron tres partidos, donde se formaron todas las parejas posibles. Fueron tres horas y media de pádel de gran nivel, bastante hielo, un sol puñetero cuando hubo sol y un frío de cojones cuando no hubo sol.
Al acabar se decidió premiar a estos cuatro gilip... valientes y hacer que fuesen los cabezas de serie para el IV Maratón, acontecimiento para el que a día de hoy no me atrevo a dar una fecha.

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